Madrid contemporáneo
En 1860 Madrid empezó su gran expansión. Entre 1860 y 1936 pasaría de cerca de 200.000 habitantes a más de 1 millón. En estas visitas conoceremos las causas y efectos de esa expansión.
Madrid: ciudad de la luz.
Duración aproximada: 2-2:30 horas.
Uno de los símbolos de la modernidad es la conquista de la noche. Una conquista que se hizo gracias al desarrollo de métodos cada vez más eficientes de iluminación. Unos métodos que, además, tuvieron consecuencias no esperadas pero que han resultado ser también de gran importancia. Saliendo de la céntrica Puerta del Sol, acabaremos nuestro recorrido en plena Gran Vía, la Brodway española.
Gobernar España: el triángulo del poder.
Duración: 2-2:30 horas.
Desde que Felipe II estableciera la capital en Madrid no hay duda de que el poder estatal se encontraba en nuestra ciudad. Sin embargo, el siglo XIX supuso el desplazamiento del poder desde el oeste de la ciudad hasta el eje del Paseo del Prado. ¿Cómo ocurrió esto?
Empezaremos esta historia en la sede del poder popular: el Congreso de los Diputados.
El Ensanche de Salamanca: la ciudad ordenada.
Duración: 2-2:30 horas.
1859. Castro, un ingeniero de Caminos, recibiría el encargo de diseñar el Ensanche de Madrid. Su proyecto, obra maestra de urbanismo, sólo sería respetado por un individuo con fama de especulador: el marqués de Salamanca. Veremos qué se respetó y qué no, cómo y por qué.
Y daremos inicio donde todo empezó: el cruce de las calles Serrano y Goya.
La Gran Vía: renovarse o morir.
Duración: 2-2:30 horas.
A veces la mejor manera de construir es destruir. Y eso es nuestra Gran Vía. Para lograr un Madrid moderno se creyó necesario destruir parte del antiguo.
Empezaremos en el cruce con la calle de Alcalá y llegaremos a Plaza de España, haciendo un recorrido cronológico.
El Madrid de Antonio Palacios.
Duración aproximada: 1:45-2:15 horas.
Un paseo que toma como eje la calle Alcalá, arteria histórica de la ciudad de Madrid. Conoceremos algunos detalles de la vida de Antonio Palacios y aprenderemos a reconocer la estética de Palacios hasta en los edificios más sencillos.
Un campus norteamericano: la Ciudad Universitaria
Duración: 2-2:30 horas.
Las élites españolas, a principio del siglo XX, vivían en la obsesión de equiparar a nuestro país con el primer mundo. Unos, como Ortega, apuntaban a Europa. Otros, como el mismo Rey, miraban a Norteamérica. La Ciudad Universitaria pretendía ser un ejemplo de esto último.
Empezamos en el Pabellón de Gobierno.