Estos días Madrid acoge tres exposiciones sobre el mundo de la pedagogía y la educación entre finales del siglo XIX y principios del XX. No sé si es casualidad o si se habían organizado. Las exposiciones tienen lugar en el Museo de Historia de Madrid, en la Fundación Giner de los Ríos y en la Fundación Juan March. En este artículo os voy a hablar de la primera de ellas.

Las fechas escogidas para esta exposición, como es de suponer, no son casuales. 1898 es el año del “Desastre” de Cuba. 1938, por el contrario, es prácticamente el año en que la República desaparece (aunque la guerra acaba en 1939, la definitiva ruptura del frente catalán en diciembre de 1938 supone el inicio del fin). Lo que corresponde con un período de modernización de la escuela pública madrileña (y española) sin precedentes, que va en paralelo al de la modernización de la enseñanza y la ciencia en España. Un período en el que Madrid, como viene siendo habitual por su centralidad política, hace de punta de lanza de esa modernización.

La exposición está estructurada en tres partes principales con sus propios subapartados. Para marcar más esta división se han creado tres espacios con formatos diferenciados.

En el primer apartado podemos ver, entre otras cosas, una proyección de un plano de Madrid en el que se enseña, año por año, todas las escuelas que se crearon desde 1876 hasta 1936. Ciertamente ese mapa da impresión, pues en algunas partes ni siquiera se puede ver el plano debajo de las marcas. En este apartado, en general, se nos explica cómo se van creando esas escuelas (planes de construcción o bien donaciones particulares) y qué modelos educativos estaban en liza, siempre ligado al regeneracionismo derivado de 1898.

CEIP Calvo Sotelo. Inaugurado como «14 de abril». Se conserva prácticamente como era. Este 14 de abril de 2019 se ha colocado una placa recordando su anterior nombre. Fotografía propia.

En el segundo apartado, el más extenso, la cosa cambia. Pasamos de una exposición tradicional, de textos, imágenes, documentos, sobre un fondo más bien formal, a un tramo en el que lo inunda todo el color. Te sientes casi como si hubieses regresado al jardín de infancia. En esta sección veremos un apartado dedicado al juego, otra al desarrollo de la higiene y el cuidado del cuerpo a través de las escuelas, también uno a la introducción de la colaboración en las aulas, muy en relación con otro apartado dedicado al intento de igualar a los alumnos de los distintos grupos sociales, y finalmente una amplia sección dedicada a ver con qué materiales trabajaban en aquellas escuelas. Unos materiales que sorprenden, yendo desde cosas tan sencillas como expositores con muestras de los productos que nos proporcionan las abejas, hasta cosas tan modernas como un juego de electricidad. Pero si todo se quedase ahí… A lo largo de este segundo apartado hay una serie de cinco cabinas en las que podemos entrar para ver y escuchar un vídeo sobre cada uno de los cinco pedagogos escogidos: Sidonio Pintado, Justa Freire, Estrella Cortchis, Asunción Rincón y Eduardo Canto. Cinco personajes que tuvieron gran influencia en el desarrollo de la escuela en aquellas épocas y que vivirían experiencias muy distintas a raíz de la Guerra Civil.

Finalmente, en el patio del Museo podemos ver un apartado dedicado específicamente a la educación durante la Guerra Civil en Madrid. A algunos sorprenderá las cosas que se hicieron. Este apartado cuenta con numerosas fotografías, recortes de prensa y otros elementos que ilustran la historia que se cuenta.

Al margen ya de esta descripción, comentar que la exposición me ha parecido difícilmente mejorable. Ese segundo apartado lleno de luz y color me ha hecho emocionarme y ponerme a correr de aquí para allá como un niño chico. Las historias contadas en la cabina me han emocionado… Me gustaría agradecer humildemente a la comisaria María del Mar del Pozo y a todas las instituciones colaboradoras la gestión de esta exposición que espero se pueda disfrutar durante más tiempo del que está previsto y se le dé más bombo del que se le está dando.

Los horarios de visita son los propios del Museo de Historia (martes a domingo de 10 a 20h), pero sólo podremos disfrutar de la exposición hasta el día 1 de septiembre. Os animo a visitarla. Y,  si podéis, reservad visita guiada. Tenéis la información necesaria en este enlace, pero como es norma en este museo la entrada es gratuita.

Revisión: la exposición ha sido prorrogada hasta el día 6 de octubre.