Hoy  quiero hablaros sobre un nuevo libro de investigación dedicado a la guerra civil en el cual tengo el honor de participar. Se titula “Asedio. Historia de Madrid en la guerra civil (1936-1939)”. El libro lo coordina Gutmaro Gómez Bravo, a quien no me cansaré de agradecer su labor en este terreno. Y hay que decir que no ha sido una coordinación fácil, puesto que el libro tiene 23 autores (incluyéndole a él) y 19 capítulos.

Aunque el libro ya está a la venta aún no ha sido presentado. La presentación será en el Salón Real de la Casa de la Panadería el día 24 de mayo a las 19:00. La elección del lugar tiene que ver, claro, con la exposición de “No Pasarán”. En cualquier caso, quedáis todos invitados a venir a la presentación y a disfrutar del magnífico marco que supone el Salón Real.

El libro, a diferencia de la exposición, no se limita a los dieciséis días de la Batalla de Madrid. Abarca, en realidad, toda la guerra. Y no sólo temporalmente. Si la exposición se limitaba a la “defensa” de Madrid, este libro cubre también el “ataque” a Madrid. Además, no se centra como otros libros sobre Madrid solo en los aspectos militares. Se adentra también en el sufrimiento humano, con capítulos como “Comer o no comer” (de Ainhoa Campos), y en la situación de la ciencia y la cultura durante aquellos aciagos días, con el capítulo “De la plata al plomo” (de Alba Fernández y José Mª López). Esto supone, además, asumir y profundizar en temas de los que hasta ahora poco se sabía.

Cabe decir que aunque por lo general se comente que ya se ha escrito todo sobre la guerra, lo cierto es que no es verdad. Queda mucho por investigar. Hasta hace relativamente pocos años se escribía sin poder disponer de los archivos nacionales, y dependiendo de aquellos que hay en el extranjero. Construir un relato realista de la guerra civil sólo con la documentación extranjera y con la memoria de quienes sobrevivieron es tarea imposible. Por eso mismo la amenaza de bloqueo del acceso a los documentos de los archivos militares (y la imposibilidad real de acceder a otros documentos del archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores)  suponen un serio problema de cara a afrontar nuestra historia reciente.

Por lo que parece, hasta los perros lo leen con interés.

Resultan importantes a la hora de encarar el libro unas palabras que dice el profesor Gutmaro en su introducción y con las que quiero cerrar el artículo:

“No trata de separar o subordinar la memoria a la historia, sino de emprender una tarea de reconstrucción del pasado sobre la base de las distintas y, en ocasiones opuestas, lógicas que confluyeron en una sociedad sometida al estado de guerra durante treinta y dos meses consecutivos más que sobre el recuento de hechos, muertos y otros temas ordenados previamente”.